Capítulo 6- ¿Quiénes son?

-Qué bien que hayáis venido rápidamente -dijo mientras abría la puerta principal y dejaba que sus amigas entraran-. ¿Los habéis traído?
Y las demás asintieron. Subieron al cuarto de la chica y se sentaron en la cama mientras ella se situaba delante de ellas y anunciaba:
-Bueno, como todas sabéis, hoy hemos recibido el mismo DVD y de destinatario desconocido.
-¿Qué creéis que será? -preguntó una chica castaña.
-Ni idea -respondió una morena.
-Bueno, dejemos de hablar y averigüémoslo de una vez -apremió una rubia.
-Tenéis razón -concluyó la chica pelirroja que había abierto la puerta.
La pelirroja sacó el DVD del sobre, lo puso en la televisión que había en su cuarto y le dio al “play” mientras se sentaba con sus amigas.
La cinta comenzaba con una escena un tanto siniestra: un almacén bastante lúgubre, un poco oscuro y viejo; en el centro de la grabación había una chica tumbada en una plataforma metálica y atada de manos y pies con correas, estaba conectada a varios aparatos de hospital mientras que encima de ella había un gran espejo que la reflejaba a ella.
Luego salía una persona con la cara tapada con un protector que se utilizaba para soldar cosas y un delantal oscuro. Las chicas reconocieron a la chica que estaba atada ahí y quedaron petrificadas. Momentos después se escuchaba el sonido de una sierra encendiéndose, a continuación los gritos de la chica atada y por último, los gritos de terror de las chicas postradas ante el televisor.
-¡Cariño! ¡Baja, el desayuno está listo! -gritó la señora Green desde la cocina.
Segundos después, unos pasos alborotados bajaban por las escaleras. El marido saludó a su esposa dándole un beso y se sentó en la mesa.
-¿Dónde está Alice? No la he visto en su cuarto… -preguntó el señor Green mientras su esposa le servía el desayuno.
-Supongo que estará en casa de alguna amiga.
-¿Tan tarde? Debería haber vuelto ya a casa.
-Ya sabes que hoy es domingo y seguro que habrá pasado la noche en casa de alguna amiga. No te preocupes tanto.
-Tienes razón -contestó mientras empezaba a comer-. Seguro que estará bien.
Cinco minutos después, el cartero llamó a la puerta. La madre fue a recibirle a la puerta y el cartero le entregó un paquete. Le dio las gracias y se dirigió a la cocina.
-¿Quién era? -preguntó el padre, que justo terminaba de desayunar.
-El cartero. Me ha dado este paquete -respondió examinando la caja-. ¿De quién será? No tiene remitente…
-Pues ábrelo -instó el padre mientras hacía sitio en la mesa.
La señora Green abrió la caja cuidadosamente. Después de poner una terrorífica expresión en la cara, gritó como nunca lo había hecho antes. El padre hizo lo mismo y agarró a su esposa, que se retorcía de agonía en el suelo. ¿Que qué había en la caja? Dentro de la caja yacía una cabeza decapitada y un mensaje que rezaba: “¡Hola! ¿Cómo estoy? ¿Estoy guapa?”.
-¡¡Auuch!! ¡Me haces daño! -se quejó Misaki.
-Oh, lo siento -se disculpó mientras reducía la presión de su mano agarrada a la de Misaki-. Es que estaba pensando en otra cosa…
-Pues debería ser algo que te enfureciera bastante para apretarme la mano de esa manera…
-Sí, estaba pensando en la puta de Alice.
-Pues para eso no hacía falta que me estrujaras la mano…
-A esa zorra sí que querría estrangularla ahora mismo…
Misaki se quedó observando a su amiga en silencio mientras caminaban. De pronto, Tris se paró en seco, miró a su amiga y de un rápido movimiento ya estaba abrazada a la chica.
-Gracias… -susurró mientras se aferraba a ella.
-¿Eh? ¿Gracias? ¿Gracias de qué?
-Gracias por haber estado en todo momento a mi lado. Siempre has estado ahí y nunca te lo he agradecido debidamente.
-Mujer que no es para tanto… -sonrió.
-Para mí sí. Te lo quiero agradecer -y continuó abrazada a Misaki.
-Ya… ya puedes dejar de abrazarme, que nos está mirando todo el mundo -dijo mientras veía que todo el mundo que pasaba por ahí las miraban-. Que esto parece yuri…
-Tonta… -sonrió alejándose de ella- Si fuera yuri, ¿quién sería el chico aquí? -y Misaki la señaló a ella- ¿Yo? ¿Por qué?
-Porque todo el mundo te confundiría con el chico por el poco pecho que tienes -bromeó mientras empezaba a correr.
-¡¡Oye!! ¡¡Vuelve a repetirlo si te atreves!! -gritó saliendo detrás de su amiga, que le enseñó la lengua.
Cuando llegaron al instituto vieron bastante jaleo en la entrada y muchas personas aglomeradas en dos puntos distintos. Fueron a ver lo que pasaba manteniendo la distancia y observando la escenita.
-¿Qué pasa?
-No tengo ni idea -respondió Misaki.
-¿Por qué ese montón de chicas gritan como lolitas?
-¿Y por qué ese grupo de chicos babean como hienas?
-¡Pero qué guapo es! -gritó una chica del primer montón.
-¡Pero qué buena estás! ¡Estás como un tren! -piropeó un chico del otro grupo.
Entonces las dos chicas vieron lo que estaba pasando: en el sitio donde estaban reunidas las chicas había un chico joven con gabardina, mirada seductora, pelo oscuro y alborotado, de portentosa figura y alto; y al otro lado, en el grupo de los chicos, estaba situada una chica alta, guapa, de medidas casi perfectas, rubia, ojos verdes y labios carnosos.
-Con razón arman tanto jaleo… -comentó una desinteresada Misaki.
-Pues sí… Parecen apurados, ¿les ayudamos?
-Tú sabrás. Mira en qué lío te metiste por ayudar a alguien -se cruzó de brazos.
-Vale -dijo sonriendo. Caminó un poco en dirección al grupo de chicos y gritó a pleno pulmón-: ¡¡¡Eh!!! ¡¿Quién quiere ver a Misaki haciendo topless?!
Al momento todos los chicos se giraron con cara de pervertidos y preguntaron dónde estaba y que aceptaban la propuesta. La chica les contestó que estaba detrás de ella y todos fueron en estampida hacia la pobre Misaki, que su cara parecía un poema.
-¡¡¡Como os acerquéis a ella, juro que os castro ahora mismo!!! -dijo sacando una navaja y con expresión sádica en el rostro.
Los chicos salieron despavoridos ante ella. La chica que estaba en el centro del grupo hacía unos momentos se acercó a las chicas.
-¡¿Pero en qué estabas pensando estúpida?! -bramó Misaki mientras le tiraba de los mofletes a Tris.
-Homge, tancoco ha jido paga cangco… (Hombre, tampoco ha sido para tanto) -contestó Tris como pudo.
-Gracias por haberme ayudado chicas -agradeció la chica rubia-. Sin vuestra actuación aún seguiría en medio de todos esos chicos.
-No hay de qué -respondieron al unísono.
La rubia sonrió y buscó con la mirada a su compañero. Cuando lo vio se molestó bastante.
-¿Es su pareja? -preguntó sin tapujos Misaki provocando la sorpresa de la rubia.
-¿Qué? Que-qué va -respondió con cierto rubor-. Lo que pasa es que tendría que estar trabajando pero está ligando con esas chicas.
-Pues como usted con los chicos -comentó Misaki, que se llevó un pisotón por parte de Tris.
-Si quiere, le podemos ayudar -sugirió Tris-. Venga Misaki, ¡ayúdale! -y empujó a la morena.
-¿Por qué yo?
-Porque yo ya he hecho algo en cambio tú no. Venga, ¡ayúdale!
Y con cara de fastidio, Misaki se dirigió al grupo de chicas en celo. Respiró hondo y corrió hacia el chico. De un salto se agarró del cuello del chico gritando:
-¡Aquí estás! ¡Por fin te encuentro! -Luego le susurró al oído-: Sígame el rollo -y se separó de él.
-¿Eeehh? ¿Qué haces Misaki? -preguntó una de las chicas de más adelante.
-¿Acaso le conoces? -preguntó otra.
-¡Pues claro que le conozco! ¡Es un viejo amigo! -fingió alegremente mientras le agarraba del brazo.
-Y… ¿nos lo puedes presentar?
-No. Él ha viajado desde lejos y está cansado. Ha hecho un gran esfuerzo para ir a visitarme al instituto y no le puedo molestar presentándole a un montón de chicas que hacen tarde a clase ahora mismo.
-Ooohh… es una pena. ¡Pues después nos lo presentas!
-¡Las clases! ¡Que llegamos tarde a clase! -y se alejaron corriendo.
Cuando se hubieron alejado lo suficiente, Misaki se separó rápidamente mientras hacía un gesto a las dos chicas para que vinieran.
-¡Pero mira que tienes morro! ¡Abrazar a un chico tan guapo como él! -susurró Tris mientras tiraba de los mofletes a su amiga.
-¡Lo jienco…! Pego, ¿no quegias que lo agugaga? (¡Lo siento…! Pero, ¿no querías que lo ayudara?)
-Muchas gracias por ayudarme -habló el chico junto a la chica-. Y por ayudar a mi compañera.
-¡No ha sido nada! -contestó Tris. Los dos estaban a punto de alejarse cuando Misaki les paró en seco.
-¡Alto! Ya que nos hemos molestado a ayudaros, al menos podrían decirnos qué estáis haciendo aquí.
-Tenéis razón -dijo la rubia tras mirar a su compañero-. Mi nombre es Sophie Parker y mi compañero es Clark Brown. Somos agentes del FBI.
-¿Agentes del FBI? -dijeron las chicas a la vez.
-Sí, soy el detective Brown y ella la detective Parker; y estamos aquí en una investigación.
-¡Y encima has coqueteado con un detective macizo…! -volvió a susurrar Tris mientras le tiraba de nuevo los mofletes a la morena.
-¿Y por qué están aquí? -preguntó Misaki frotándose sus colorados mofletes.
-Estamos aquí investigando la muerte de este chica -informó Clark mientras enseñaba la foto de la chica-. Según nuestras fuentes, la victima estudiaba aquí.
-¡¡Kyyyaaaa!! -gritó arrebatándole la foto.
-¿Qué pasa Tris?
-¡Es Alice! -exclamó mientras le mostraba la foto.
-Anda, pues es verdad.
-¿Es que la conocían? -preguntó Sophie. Ellas asintieron.
-Fue a nuestra clase un par de semanas -informó Misaki.
-Ah bueno -recogió la foto Sophie-. Muchas gracias por vuestra ayuda -y se dirigieron al instituto.
-¡Esperad! -gritó Tris.
Los detectives se pararon en seco de nuevo y las chicas se dirigieron a ellos.
-Ya que por ayudaros vamos a llegar tarde, pedimos que vengáis a nuestra clase para que justifiquéis nuestro retraso -pidió Tris.
Los detectives aceptaron. Durante toda la mañana todos los alumnos de la clase de Tris y Misaki y los compañeros de la otra clase, fueron interrogados por los detectives sobre el asesinato de Alice. Al terminar la jornada escolar, todos se marchaban a sus casas.
-¿Cómo te ha ido el examen? -preguntó Misaki.
-¿Tú qué crees? Pues fatal, como siempre... -contestó resignada- ¿Y tú?
-Ah, pues bien. No me ha parecido muy difícil la verdad...
-Es porque a ti te encanta la historia...
Hikari: Como siempre, un cero a la izquierda...
Misaki: Ya estamos...
Hikari: Si es que no sé cómo puede ser tan mala.
Misaki: Cállate.

-¡Señorita Tris! ¡Señorita Misaki! -y las chicas se giraron.
-Detective Brown, detective Parker... ¿Qué pasa? -preguntó Tris.
-Tenemos que hablar de nuevo con Misaki -informó Sophie.
-¿Otra vez? ¿Por qué?
-En privado por favor -rogó la detective.
-No, si tienen algo que decirme, decídmelo con Tris delante -los dos se miraron.
-Está bien -cedió Clark-. Hemos interrogado a las amigas de Alice y nos han dicho que tú, Misaki, amenazaste a Alice dos días antes de su asesinato.
-¡¿Qué?! ¡¿De verdad han dicho eso?! -respondió Tris alterada- ¡¿Dónde están?! ¡¡Ahora mismo voy y les doy de hostias!! -empezó a decir mientras se dirigía a por las chicas.
-¡Alto…! -Sophie le cogió del brazo- De aquí no te mueves y ni mucho menos para pegar a compañeras del instituto. Tan sólo queremos hablar con Misaki para disipar dudas.
-¿Qué está insinuando? ¿Están acusando a mi amiga de algo? -preguntó Tris indignada.
-No le estamos acusando de nada, tan sólo queremos interrogarla una vez más y conocer la causa por la cual amenazó a la víctima -explicó Clark-. Tampoco es para tanto…
-Ya claro, es como si a ti te acusaran de lolicon -bufó Misaki bastante molesta.
-¿Lolicon? -dijo extrañado el detective.
-Es como si te acusaran de pederasta -aclaró Tris.
-Bueno, ven con nosotros -ordenó Sophie.
-¡Pero…!
-Tranquila Tris, si quieren interrogarme una vez más, que lo hagan; al fin y al cabo, no tengo nada que ocultar -dijo alegre.
-¿Te encargas tú? -y el chico asintió. Luego, el detective se alejó con Misaki, que la llevó a la comisaría.
Después de interrogarla, Clark dejó que la chica se marchara.
Durante toda la tarde los dos detectives repasaron e investigaron el asesinato. Era tarde y casi todos los de la oficina ya se habían marchado o estaban a punto de hacerlo. Clark seguía revisando papeles. Le parecía bastante extraño que tuvieran tan pocas pruebas en la escena del crimen y no tuvieran casi ninguna pista. Después de repasar otra vez los informes, se apoyó al respaldo de su silla. Estaba cansado, tenía la vista cansada y estaba molesto. No había avanzado nada. Se frotó los ojos con la mano derecha y se estiró un poco.
-¿Aún sigues aquí? -preguntó una voz femenina detrás de él.
-Ah, Parker… Ya me iba.
-¿Has podido averiguar algo? -él negó con la cabeza- Ni yo tampoco…
-¿Puedes repetirme de nuevo la autopsia de Alice, por favor?
-Claro… -después de regresar con documentos, comenzó a decir-: A ver… Alice murió decapitada antes de morir desangrada. En el vídeo se ve claramente cómo la matan. ¿No lo has leído?
-No, no me ha dado tiempo y tampoco le he prestado atención. Continúa.
-Bien. Durante el vídeo el asesino le corta todos los dedos de las manos y de los pies, le corta los brazos y piernas en varios trozos, le corta los párpados, le raja su parte íntima, le corta las orejas y la lengua, le arranca los pezones y los pechos, le apuñala varias veces por todo el cuerpo y por último, la decapita lentamente -leyó y después hizo una breve pausa-. Qué muerte más atroz…
-Y que lo digas… -se rascó la cabeza- Y encima que el asesino enviara varias copias de la grabación a sus amigas y le enviara la cabeza cortada a sus padres con esa nota…
-Sí… Se ve que la cabeza aún mantenía la expresión de terror y miedo en el rostro… Bueno, dejemos de hablar de este crimen que me pone enferma. ¿Cenamos juntos?
-De acuerdo.
Los dos recogieron y se fueron cerrando la sala de oficina tras de sí. Para ellos aquel crimen había sido el peor de toda su vida. Nunca habían visto nada igual. Tras ese horrible crimen debía haber un asesino cruel y monstruoso al que deberían dar caza…
Bueeeeeeno, ¿qué os parecen los nuevos personajes?

Besos y hasta la próxima!!! ^^


Comentarios